viernes, 1 de junio de 2012

Problemas


- Como muchas otras actividades con perros, la caza con galgos tiene defensores y detractores. En los últimos tiempos, sin embargo, los problemas éticos asociados con esta actividad le han dado mucha más importancia a los argumentos que esgrimen sus detractores. Algunos de estos argumentos tienen que ver con la caza en si misma, mientras que otros tienen que ver con la crueldad y el maltrato con que son tratados los galgos de caza.
-  Por una parte, es indudable que la liebre puede sufrir una muerte cruel durante la caza con galgos. El justificativo de los cazadores es que se trata de un tipo de caza natural, donde se ponen a prueba las habilidades de los individuos de cada especie (perros y liebres). Sin embargo es un justificativo pobre, ya que no por parecer natural es menos cruel. Además, los galgos de caza no son animales salvajes que cazan para alimentarse, sino que la caza es organizada por los humanos con fines netamente recreativos.
- Por otra parte, los galgos también pueden sufrir lesiones durante la caza. - Estas lesiones pueden ser resultado de la misma actividad (caídas, tropezones, etc.) o pueden ser causadas por accidentes que nada tienen que ver con la caza. Dado que actualmente existen carreteras muy cerca de los cotos de caza, o incluso que los atraviesan, los galgos pueden ser atropellados accidentalmente.
- Pero el problema principal de la caza con galgos es el maltrato intencional de los perros que se ha reportado con frecuencia. Más allá de vivir en caniles pequeños y ser transportados en jaulas muy chicas, los galgos que ya no sirven para la caza son eliminados por medios muy crueles. Es frecuente que los galgos de caza, cuando ya no son útiles para los cazadores, sean ahorcados, quemados o mueran de sed y hambre  atados en el bosque.
- Más allá del interés utilitario de los cazadores galgueros por estos perros, que puede ser cuestionado o no, las prácticas crueles hacia sus perros de caza han llamado la atención del público en España y en el mundo entero. Imágenes de galgos quemados o ahorcados han recorrido el mundo a través de los noticieros y de la internet, lo que ha llamado la atención sobre este problema que viene ocurriendo desde hace mucho tiempo.
Y finalmente, la misma actividad de la caza con galgos está muy reñida con la ética contemporánea del trato hacia los animales. En esencia esta actividad no es muy diferente a las matanzas de ratas que se hacían con perros terrien en el siglo XIX. Esos perros eran soltados en una fosa para matar tantas ratas como pudieran y el ganador era el que más mataba. Eso era considerado un deporte.
¿Notas la similitud con la caza de galgos? Dos galgos son soltados para matar a una liebre... y eso se considera un deporte. Podrán argumentar que la liebre puede escapar (cosa que sólo ocurre en eventos en campos abiertos, porque también hay eventos en campos cercados), pero en esencia es la misma cosa: utilizar un animal de una especie para asesinar a otro de otra especie, con el fin de divertir a algunos humanos.

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